La buena noticia es que hay opciones para mantenerte sano.
La buena noticia es que hay opciones para mantenerte sano.
Para emergencias como esta, existe PEP. Si crees que has estado expuesto al VIH, el primer y más importante paso es hacerte la prueba y hablar con un proveedor de salud. Si estás dentro de las primeras 72 horas de estar potencialmente expuesto, tu proveedor de salud puede recetarte PEP. Esta receta de 4-semanas es altamente efectiva en el tratamiento del VIH.
Primero, típicamente un proveedor de salud te hará otra prueba. Aunque es raro (como 4 de cada 1,000 pruebas), los falsos positivos pueden ocurrir.
Si tienes el VIH, no hay cura. Pero el VIH se puede tratar para que puedas vivir una vida sana. Tu proveedor de salud evaluará la intensidad y el estado en que se encuentra el virus en tu cuerpo antes de recetar y recomendar un medicamento que trata el VIH llamado Terapia Antirretroviral o ART, por sus siglas en inglés. ART se recomienda para toda persona que tenga el VIH. Mantiene el VIH bajo control, típicamente dentro de seis meses. Este régimen de tratamiento diario consiste en una combinación de medicamentos para el VIH. ART es altamente efectivo para suprimir la cantidad de VIH en tu cuerpo (carga viral). De hecho, el tratamiento puede reducir tu carga viral a un nivel tan bajo que no se puede detectar. Cuando el VIH es indetectable, es intransmisible – no puedes dárselo a otra persona. Asegurarte de tomar tu tratamiento diario y visitar con regularidad a tu proveedor de salud son las mejores maneras de poder seguir viviendo una vida sana.
Es importante compartir tu estatus de VIH con cualquier pareja sexual. Al menos que te hayas hecho una prueba y el VIH es indetectable, tú o tu pareja deberán usar un condón para evitar que tu pareja contraiga el VIH. Si esta conversación suena incómoda, no estás solo. Para aprender más sobre cómo tener la conversación, visite nuestra página de Habla.
También es importante tener un fuerte sistema de apoyo. Eso quiere decir que debes hablar con personas que se preocupan por ti como tu familia o amigos. ¿No estás seguro como iniciar la conversación? Aquí tienes algunas maneras de compartir tu estatus y tus sentimientos: Habla.
Conoce tu riesgo. Considera consultar con tu proveedor de salud sobre una de las dos opciones.